“Los 3 Mundos y la Iniciación del Qharpay”
02/08 al 09/08 2012
Con
Don Kike Pinto, Don Marcelo Qhapac(Noble), Don Vicente Qispi Sonqo (Corazon de
Cristal) y Ichiro Takahashi
Templo de la Luna, La Laguna azul y del Otorongo(Jaguar)
y El Nevado(Apu) Ausangate
De la Capital Inka de Cusco hacia
el Ausangate, el Nevado mas Alto de la zona, una iniciación, contenida por un
curandero Andino y un curandero energético, guiado por los maestros de la
tradición de los Q’eros.
Una muerte hacia el pasado, un
Propósito revitalizado bajo el manto de la tradición y una conexión en el Camino
con el Espíritu del Apu(nevado/masculino) y la Cocha(laguna/femenino) sagrados.
En la Paridad de Fuerzas, la Guía
de los Mundos Superiores por la Cruz Andina, la Sagrada Chacana.
La
Iniciación:
Guiada por 2 de los mas
importantes hombres medicina de la tradición Qero, bajo la guía del Apu
Ausangate, y la contención energética de las Lagunas Sagradas, estaremos
cruzando los portales hacia Hanac Pacha, los Mundos Superiores para recibir las
bendiciones, ensenhanzas y protección para todas nuestras relaciones. Por la
Pacha Mama.
Intención:
-
Rescate,
protección y transmisión de la Sabiduría Ancestral.
-
Conexión
con las fuentes de la Sabiduria del Chamanismo Andino.
-
Activar
los Portales Superiores para facilitar el proceso de equilibrio de las Fuerzas
en el Mundo.
-
Limpieza,
Sanación y Poder Personal.
Medicinas:
-
Temazcal
-
Mama Coca
-
Wilka
-
Ayahsk
-
Qigong
Programación
02/08 Llegada al Centro del Templo de la Luna,
Introducción y apertura del Circulo Sagrado, Mama Coca, Temazcal.
03/08 Sun Gazing, Qigong de los 3 Mundos, Ofrenda a
Pacha Mama.
04/08 a 06/08 Iniciación Qharpay – Star Gazing.
07/08 El Qigong de los 3 Mundos, Ceremonia de
Lectura personal con Mama Coca, Ceremonia con Wilca
08/08 Qigong de los 3 Mundos, Ceremonia con la
Madrecita,
09/08 Cierre del Circulo Sagrado
La
Ruta de la peregrinacion:
Salimos del Centro en el Templo de la Luna en Cusco
en bus hasta la comunidad de Tinki. Seguimos en mini-buses hasta Azul Cocha y
de allí seguimo por una caminata de una hora hasta Hatun Apu Ausangateq
Punkun(Portal del Apu Ausangate) al pie del Apu Ausangate que se encuentra
entre las lagunas de Azul Cocha y del Otorongo Cocha, donde se avistan las 2
lagunas. Alli estaremos 2 noches.
Cada
participante tendrá en su proceso iniciatico:
1.
12 Unkhuna – Mantitas Ceremoniales
tejidas por las mujeres de la comunidad
2.
4 Qeros – Vaso de madera fabricado
por los hombres
3.
Un Costal – Mesa tejida con lana
de llama de color natural donde se ponen todas las ofrendas
4.
Un Phukucho – bolsita de piel de
Alpaca para las ojas de Coca
Los Guías y Responsables
Curandero Andino, Músico
Nace el 22 de agosto de 1956 en
Lima, de padres migrantes de las regiones del Sur y del Centro de los Andes del
Perú.
Se dedica a la música, desde 1972,
como etnomusicólogo, investigador, intérprete, cantautor, instrumentista,
compositor, músico terapeuta y docente.
Es creador y director del primer y
único museo de instrumentos musicales andinos y amazónicos de todo el país, el
Museo TAKI, que cuenta con aproximadamente 500 instrumentos y un completo
archivo de grabaciones de campo, así como información etnomusicológica y
etnográfica de incalculable valor.
Ha sido reconocido y asimilado como comunero honorario en la
Comunidad de San Pedro de Casta, Provincia de Huarochirí, Departamento de Lima,
Perú y como miembro honorario en el Anexo Yanaruma Ayllu, Comunidad de Japu,
Nación Q’ero, Provincia y Distrito de Paucartambo, Departamento de Cusco, Perú.
Es autor de música y versos en géneros tradicionales andinos
y amazónicos así como géneros contemporáneos universales, los cuales comprenden
canciones, ikaros, danzas ceremoniales, cánticos sagrados, poemas y rezos
cantados, así como música para películas, videos, obras teatrales, canciones
para niños, etc.
Instituto Andino Amazónico de Cultura
y Desarrollo Social TAKI – Cusco –
Perú
0051 - 84 - 226897
0051 - 984 697997
http://institutotaki.blogspot.com
Ichiro
Takahashi(http://qi-syntax.blogspot.com)
Curandero
Energético, Músico
Nipo-brasileno,
su maestro raíz venia de una tradición tántrica japonesa con base en el monte
Fuji. Paso por muchas iniciaciones de distintas escuelas tántricas y
chamanicas.
Hace
mas de 20 anos, estudia y trabaja con las medicinas maestras del chamanismo de
la selva compartiendo las ceremonias en varias partes del mundo con el foco en
el desarrollo de la energía y de la consciencia.
Hace
algunos anos, trabaja con la propuesta del Puente de Medicinas de las 4
Direcciones con el propósito de rescatar, proteger, actualizar y transmitir la
sabiduría ancestral de distintas tradiciones.
Informaciones:
México:
Michelle
Button: michelle.button@gmail.com
Brasil:
Peru:
Ichiro:
vitor.shin@gmail.com
-----------------------------
Contacto en Lima:
Emerson Castro H.
Gerente de Operaciones
Emerson Tours
Gerente de Operaciones
Emerson Tours
info@emersontours.com
www.emersontours.com
(511) 992317750 - 99 814*3120
(511) 3724436 (casa)
www.emersontours.com
(511) 992317750 - 99 814*3120
(511) 3724436 (casa)
998314782(Junior-Hijo de Sr Emerson)
831*4782 ( Junior),
La Iniciacion del Qharpay*
Por Kike Pinto
En
el camino espiritual de los pueblos que viven en comunidades, como los Q’ero,
existen etapas en la vida personal. En muchas de estas comunidades, la primera
etapa va desde el nacimiento hasta el matrimonio. Luego viene una siguiente
etapa, a partir del matrimonio, que significa la integración como una nueva
célula familiar a la comunidad. Así van pasando diferentes etapas. Al final
llega la ancianidad, en la que el rol en la comunidad es de honor y respeto a
la sabiduría, la experiencia. Entre estas etapas hay transiciones. Por ejemplo,
para formar una pareja los jóvenes deben participar en diversos rituales del
tiempo de lluvias, en los que deben demostrar sus habilidades, tanto los hombres
como las mujeres. Entre estos rituales está el “Pukllay”, en el que las mujeres
cantan y los hombres tocan flautas de cortejo. En todo momento, los rituales
integran el uso de la hoja de coca, la entrega de ofrendas a los seres
espirituales, etc. Cuando una pareja está en proceso de formación consulta a
los ancianos y las ancianas, quienes pueden leer la coca, aconsejar, etc., para
que puedan iniciar bien una nueva familia y asumir los nuevos roles que eso
significa en la comunidad. En primer lugar, los miembros de la pareja deben
hacerse responsables de sus propias vidas, se dice que “ya no están en manos de
sus padres”, “manaña taytamamanpa makinpi kashiankuñachu”). Para eso deben
construir una casa, lo que hacen con el apoyo (Ayni) de su familia extendida y
de la comunidad. También deben iniciar un rebaño de animales, obtienen el
derecho a usar los pastos para alimentarlos y reciben terrenos y derecho al
agua para regarlos y para cultivar sus propios alimentos. Pero, además de las
responsabilidades materiales, la pareja, como nuevos jefes de un nuevo hogar,
debe asumir también sus responsabilidades en relación con el mundo espiritual.
Para esto cada quien se ha ido preparando desde la niñez. La mujer ha aprendido
a tejer, el hombre ha aprendido a cultivar la tierra y manejar los rebaños de
animales y, asimismo, ambos han visto a sus mayores curar las enfermedades,
ayudar a las parturientas, celebrar ceremonias de diferentes tipos, en relación
con la fertilidad de la tierra, los animales, etc. y, para eso, han recibido de
sus familiares las enseñanzas necesarias y una “mesa”. La “mesa” es un altar
que puede ser personal o familiar o hasta comunal. Lo importante en la “mesa”,
más que los objetos físicos, es su estructura de relaciones, en el contexto de
la relación con el mundo espiritual. De este modo, un joven o una joven que no
han recibido el llamado “Qharpay”, difícilmente podrían iniciar una nueva
familia y asumir sus responsabilidades materiales y espirituales.
¿Qué
quiere decir“Qharpay”? Es una palabra quechua que quiere decir “regar”. En el
sentido del “riego”, con agua, es como una especie de bautizo; pero más que un
bautizo en el sentido católico, es una ceremonia de compromiso en relación con
los seres espirituales, principalmente las montañas y los lugares sagrados
(Apu) y la Madre Tierra (Pachamama). Ese compromiso se celebra mediante un
número de ofrendas, usualmente 12 (pero eso puede cambiar de acuerdo a los
distintos grupos étnicos u otros factores). Estas ofrendas están dedicadas a
Pachamama y a 12 Apu, con los cuales se hace compromiso. De este modo, la
“mesa” de una persona o de una pareja, una familia o la comunidad, adquiere un
sentido, deja de ser un objeto decorativo o simbólico y pasa a tener un
verdadero poder de relación con los seres espirituales. La persona o la pareja
o el ayllu (comunidad), responsables de esa mesa, se inician en un camino de
compromiso, un camino de servicio y de Ayni (reciprocidad) con los seres
espirituales. Eso es lo que significa la iniciación. No se trata de recibir
poderes mágicos para alimentar el ego personal. De lo que se trata es de
iniciar un camino de compromiso de Ayni.
Recibimos
abundancia de Pachamama, recibimos alimentos, medicina, refugio, vestido, etc;
y, a cambio, debemos agradecerle, honrarla, cuidarla, defenderla, alimentarla y
curarla también a ella. Debemos devolverle. Por eso algunos usan el concepto
occidental y la palabra “pago” para las ofrendas, lo cual no es muy exacto
porque no se trata de un negocio, se trata de una manifestación de gratitud;
pero a ese agradecimiento, bajo la influencia de la cultura occidental, en el
mundo mestizo se le llama “pago”. En el mundo indígena la palabra es
“Haywarikuy”, que quiere decir ofrenda, algo que se da con amabilidad, con
amor, no como un negocio de compra-venta. La persona que ha celebrado el
“Qharpay”, el compromiso con los Apu y Pachamama, sabe que ellos le escuchan.
Ya puede hacerse cargo de las ofrendas y ceremonias, las curaciones y
propiciaciones, los rezos de una familia, sin tener que depender de otras
personas. Es como hacerse más independientes; pero, a la vez, más responsables.
Esto no quiere despreciar las enseñanzas de los mayores. Todavía, por muchos
años, las familias jóvenes piden al apoyo de los mayores cuando celebran
ceremonias o curaciones en relación con sus campos de cultivo, sus animales,
sus hijos, su casa, etc. Pero quienes presiden las ceremonias son ellos mismos,
porque ya han celebrado el “Qharpay”. El “Qharpay” es también un
reconocimiento, de parte de la comunidad, al derecho de una persona a celebrar
ceremonias, ofrendas, curaciones. Sin embargo, después del “Qharpay”, una
persona es más observada por la comunidad en relación con su comportamiento, la
armonía en su vida, su crecimiento espiritual, su madurez, su ejemplo. Por eso
el “Qharpay” es iniciación. Eso quiere decir “iniciar”. No quiere decir
“terminar” o “culminar” nada. No es una especie de “graduación”, es, más bien,
como un ingreso a la universidad de la vida, al camino de la sabiduría, la
belleza, la nobleza: el llamado “Qhapaq Ñan”.
Por
eso, es cierto que el “Qharpay” obliga a enderezar cualquiera de las
iniciaciones que anteriormente hayamos podido recibir, incluyendo las
iniciaciones espontáneas que llegan como señales del Gran Misterio. Muchos han
recibido, en momentos especiales, señales. También podemos recibir iniciaciones
dentro de diversas tradiciones. Pues bien, todo eso se renueva y se alinea con
el poder de los Apu y Pachamama, dentro de la tradición de los Andes. Es
cierto, el “Qharpay” nos obliga a enderezarnos, a alinearnos. No creo que el
ritual por sí solo haga esto, sino que el ritual nos compromete y somos
nosotros mismos los que tenemos que honrar el ritual que hemos realizado. Si no
lo hacemos, el poder del “Qharpay” se volvería en contra de nosotros mismos. De
eso se trata. Por eso es un compromiso, una responsabilidad.
El
“Qharpay” se puede volver a celebrar y renovar y crecer, como mayor compromiso
y mayor responsabilidad, en otras etapas y otros momentos de la vida; pero,
generalmente el primer “Qharpay” se celebra para poder iniciar una familia,
para poder ser reconocidos como miembros de una nueva célula, miembros llamados
“activos” de la comunidad, con deberes y derechos, dentro del tejido social;
pero no sólo en el nivel de lo humano sino en el nivel cósmico. En el mundo
andino el Ayllu, la comunidad, no sólo incluye a los seres humanos, las
personas, las familias, etc. El Ayllu, la comunidad, incluye a todo el cosmos,
los animales, las plantas, las montañas, los elementos, en fin, todo,
absolutamente todo, hasta las piedras que en otras culturas se consideran seres
sin vida, tienen vida y tienen relaciones en las culturas andinas y amazónicas.
Y el fundamento de la vida en comunidad, en Ayllu, es el Ayni, la reciprocidad.
El
Ayni se celebra y se practica todos los días, en todos los aspectos y niveles
de la vida. Ciertamente, en los 3 Mundos. Es Ayni compartir unas hojitas de
coca cuando dos caminantes se cruzan en el camino de Kay Pacha. Es Ayni ayudar
o recibir ayuda para construir una casa o cultivar un terreno. Es Ayni celebrar
una ceremonia de ofrenda a Pachamama. Es Ayni peregrinar y danzar sobre la
nieve para el Inti Tayta en la Luna Llena del Solsticio de Junio, en Inti
Raymi, para el Hana Pacha. Es Ayni ingresar en los misterios de la medicina con
ayunos y dietas para suplicar la sanación de las enfermedades de nuestros
hermanos y hermanas, humanos, animales, plantas, el subsuelo, el Ukhu Pacha, la
tierra misma de nuestros campos de cultivo. El Ayni es, en pocas palabras, la
Ley de las Relaciones.
Así
es el “Qharpay”, es una celebración de nuestras relaciones con los Apu y con
Pachamama, con los seres espirituales, con la comunidad, con los 3 Mundos. Y
esa celebración significa un compromiso serio, significa asumir una nueva y
gran responsabilidad en nuestro camino espiritual.
Las
personas que no vivimos en comunidades tradicionales, como sí viven los Q’ero,
podemos celebrar el “Qharpay”, así no sea para iniciar una familia o para
integrarse directamente a una comunidad tradicional andina o amazónica. El
”Qharpay” no solamente nos compromete sino, precisamente, nos alinea y nos
bendice bajo el manto de las tradiciones de las Altas y Sagradas Montañas de
los Andes. En realidad, todos somos parte del Gran Ayllu, la Gran Familia, la Gran
Comunidad Cósmica y en nuestro camino personal el “Qharpay” no sólo es una
renovación de los compromisos sino también una gran medicina. Todos tenemos
relaciones. Si hemos recibido anteriores iniciaciones, pues ellas, ciertamente,
se realinean con el “Qharpay” Andino. Si no las hemos recibido, pues es una
oportunidad para nuestro camino de vida. No es necesario ni deseable volverse
ni creerse un “Q’ero”, que es, más bien un término que debemos entender en el
sentido étnico o social. En el Mundo Andino, el término para una persona que se
inicia en el camino espiritual es “Panpamisayuq”, es decir el que tiene una
mesa del nivel más humilde, el nivel “panpa”. De allí, pueden venir muchas
pruebas y señales que pueden hacer que alguien reciba otros niveles de iniciación
y compromiso en el servicio. Existen términos como “Paqo”, “Yachaq”, “Yatiri”,
“Altumisayuq”, “Kuka Akulliq”, para diferentes especialidades y niveles en el
camino espiritual tradicional andino. Es muy importante ser humildes,
reconocernos y ser auténticos. No es necesario ni recomendable tratar de
suplantar a nadie ni a nada ni asumir roles falsos. Más bien, en vez de
pretender suplantar roles, es parte del “Qharpay” el iniciar también
relaciones de compromiso y de Ayni con nuestros hermanos y hermanas “Q’ero”,
como parte de la iniciación o la renovación o realineamiento de anteriores
iniciaciones, en el compromiso, dentro de la tradición andina, con los seres de
los 3 Mundos. Esto es así, puesto que para nuestro “Qharpay” contaremos con el
apoyo de hermanos Maestros Q’ero, quienes, desde niños se han iniciado en estas
tradiciones y se han mantenido, sin caer, como lamentablemente sucede con
otros, en conversiones a sectas religiosas modernas ni en comercializar su
espiritualidad sólo por dinero o por poder personal. Los hermanos que nos
apoyan son sinceros e íntegros en sus prácticas. Ellos viven en relación
estrecha con los Apu y Pachamama. Siguen criando sus rebaños y cultivando sus
campos, tratando de vivir, día a día, en armonía con las leyes de la Vida. Son
humanos y cometen errores; pero se esfuerzan por aprender de ellos. Si caen,
son capaces de levantarse y encaminarse otra vez. No solamente han recibido sus
correspondientes “Qharpay” en sus vidas sino que son respetados y reconocidos
en su comunidad por el equilibrio en sus vidas personales y familiares. Porque
son personas que, además de guardar y portar su tradición, lo hacen con honor,
con valores, con nobleza. Así, nuestra relación con Pachamama, que es la misma
Gran Madre Universal para todos y nuestro servicio a los Apu, de aquí y de
allá, nuestras relaciones familiares, sociales, con nosotros mismos, con las
tradiciones, con los ancestros, nuestro alineamiento con los 3 Mundos, se
enriquece, crece y adquiere una nueva consciencia, una mayor responsabilidad,
un nuevo compromiso y, a la vez, se fortalece, es bendecida por los Apu y por
Pachamama y propicia nuevos pasos de belleza y armonía en nuestro caminar.
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